
El japonés que trabajó 21 años para jubilarse temprano: la historia extrema del movimiento FIRE
Imagina trabajar veinte años y diez meses, viviendo en condiciones que harían que una celda de prisión pareciera un hotel cinco estrellas. Eso es lo que hizo un japonés, cuya identidad permanece en el anonimato, para unirse al movimiento FIRE (Financial Independence, Retire Early).
Su obsesión: acumular 100 millones de yenes (aproximadamente 600.000 euros) para poder dejar de trabajar antes de la edad de jubilación. ¿El resultado? Un éxito financiero que contó orgullosamente en sus redes sociales, acompañado de una dieta digna de un monje asceta.
Con un salario anual de cinco millones de yenes (unos 30.000 euros), este hombre se convirtió en una máquina de ahorro. Se ganó el apodo de "el hombre que al final renunciará a su trabajo" y, para ganar un poco más, incluso escribió un libro sobre cómo ahorrar. Pero su esfuerzo no terminó ahí; fuera del horario laboral, llevó el minimalismo a niveles extremos. Su dieta consistía en arroz remojado en agua fría, alguna fruta barata como ciruelas ácidas, y alguna verdura salada o galleta ocasional. En los días de lujo, podía darse el gusto de una lata de bebida energética conseguida gratis a través de ofertas y puntos de fidelización.
La frugalidad de este hombre llegó a tal punto que, tras estropearse el microondas en su humilde dormitorio, cocinó verduras en el parabrisas del coche de un compañero. Sí, como suena. Vivía en una habitación proporcionada por su empresa, por la cual pagaba solo 30.000 yenes (unos 180 euros). Y en lugar de utilizar calefacción o aire acondicionado, optaba por métodos más "naturales": una camiseta mojada en verano y sentadillas en invierno para mantenerse caliente. ¿Es esto un plan de ahorro o un entrenamiento para sobrevivir al apocalipsis?
Finalmente, este hombre logró su meta y se retiró, pero no sin enfrentar nuevos desafíos. Ahora, puede permitirse lujos como desayunar hasta cuatro huevos cocidos, aunque la depreciación del yen ha complicado su situación financiera. En sus redes sociales expresó su frustración: «Si el yen sigue depreciándose, nunca alcanzaré la libertad financiera. ¿Para qué he trabajado estos 21 años? Todo es inútil, es muy trágico».
La historia ha generado una mezcla de admiración y preocupación. Muchos se preguntan si su régimen de ahorro no lo habrá llevado a enfermar, dada su dieta austera durante tantos años. Otros lamentan que haya llevado una vida tan miserable, cuestionando si realmente valió la pena el sacrificio por alcanzar la libertad financiera a un costo tan alto.
El "hombre que al final renunciará a su trabajo"
Con un salario anual de cinco millones de yenes (unos 30.000 euros), este hombre se convirtió en una máquina de ahorro. Se ganó el apodo de "el hombre que al final renunciará a su trabajo" y, para ganar un poco más, incluso escribió un libro sobre cómo ahorrar. Pero su esfuerzo no terminó ahí; fuera del horario laboral, llevó el minimalismo a niveles extremos. Su dieta consistía en arroz remojado en agua fría, alguna fruta barata como ciruelas ácidas, y alguna verdura salada o galleta ocasional. En los días de lujo, podía darse el gusto de una lata de bebida energética conseguida gratis a través de ofertas y puntos de fidelización.
Comida al parabrisas y vida espartana
La frugalidad de este hombre llegó a tal punto que, tras estropearse el microondas en su humilde dormitorio, cocinó verduras en el parabrisas del coche de un compañero. Sí, como suena. Vivía en una habitación proporcionada por su empresa, por la cual pagaba solo 30.000 yenes (unos 180 euros). Y en lugar de utilizar calefacción o aire acondicionado, optaba por métodos más "naturales": una camiseta mojada en verano y sentadillas en invierno para mantenerse caliente. ¿Es esto un plan de ahorro o un entrenamiento para sobrevivir al apocalipsis?
La realidad después del retiro
Finalmente, este hombre logró su meta y se retiró, pero no sin enfrentar nuevos desafíos. Ahora, puede permitirse lujos como desayunar hasta cuatro huevos cocidos, aunque la depreciación del yen ha complicado su situación financiera. En sus redes sociales expresó su frustración: «Si el yen sigue depreciándose, nunca alcanzaré la libertad financiera. ¿Para qué he trabajado estos 21 años? Todo es inútil, es muy trágico».
La controversia del éxito extremo
La historia ha generado una mezcla de admiración y preocupación. Muchos se preguntan si su régimen de ahorro no lo habrá llevado a enfermar, dada su dieta austera durante tantos años. Otros lamentan que haya llevado una vida tan miserable, cuestionando si realmente valió la pena el sacrificio por alcanzar la libertad financiera a un costo tan alto.